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El Desarme, una tradición histórica cada día más presente

LA NUEVA ESPAÑA sortea varios menús para dos personas

La Corte de Pelayo nuevo embajador del desarme

07.10.2019 | 21:10

El Desarme, una tradición histórica cada día más presente

Los amantes de la buena mesa se preparan para una de las tradiciones gastronómicas de más solera con el conocido menú del Desarme, que llenará de historia los fogones de Oviedo el próximo 19 de octubre. La celebración tiene su origen en la I Guerra Carlista. El menú se compone de un primer plato de garbanzos con bacalao y espinacas, un segundo de callos, para terminar con arroz con leche de postre. Con el paso del tiempo esta cita ha ido ganando importancia en la capital asturiana y, a día de hoy, se sirven más de 10.000 menús, a los que hay que sumar los que se realizan en las casas particulares, en las que esta tradición está también muy asentada. LA NUEVA ESPAÑA, a través de la Cofradía del Desarme, sortea un menú para dos personas en los restaurantes embajadores de esta celebración, que podrán degustarse los días 17 y 18. Las bases para participar se pueden consultar a través de la web www.lne.es.

La historia del Desarme.

La historia de esta cita tiene su origen cuando Oviedo superó dos intentos de tomar la ciudad por parte de las tropas sublevadas contra la reina Isabel II. Las autoridades, en homenaje y reconocimiento a las tropas vencedoras, ofrecieron el día 19 de octubre un «rancho extraordinario». La cita se repitió después año tras año, ya que al finalizar la tercera y última de las guerras carlistas, a finales de febrero de 1876, toda España lo celebró con fiestas y comidas especiales tras el desarme de la población. Ese mismo menú, el del Desarme, se sirvió en el homenaje del 19 de octubre, y en 1897 pasó a ofrecerse en los establecimientos hosteleros, comenzando una tradición que llega hasta nuestros días.
Desde hace años y para aprovechar el tirón, además del día 19 de octubre, el servicio del menú del Desarme se extiende durante los días previos para que más comensales puedan empaparse de esta tradición tan arraigada.

El cofrade Mayor.

El cofrade mayor, Miguel Ángel de Dios Fernández, destacó ayer durante la presentación de los nuevos embajadores la gran labor que junto a Otea llevan a cabo para la divulgación de esta cita a nivel regional, nacional e internacional. Tras lograr el reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Regional quieren alcanzar el distintivo de celebración de Interés Turístico Nacional para que su impacto a nivel sociocultural sea todavía mayor. La idea, en un futuro cercano, pasa por que durante estas fechas se organicen conferencias, mesas redondas y todo tipo de actos culturales en relación con este acontecimiento, junto con una recreación histórica de la batalla entre isabelinos y carlistas que acabe con todos ellos disfrutando de la buena mesa. Una manera perfecta de promocionar un acontecimiento grabado a fuego en Oviedo.

https://www.lne.es/oviedo/2019/10/07/desarme-tradicion-historica-dia-presente/2540257.html

Iván Llanza

Miembro de la Academia Andaluza de Gastronomía

Jerez de los tabancos

Probablemente alguno de los lectores desconozca que es un tradicional Tabanco Jerezano, pero espero que tras leer distendidamente esta columna sean capaces de identificarlo en cualquiera de las versiones revisadas que encontramos hoy en día en cualquier lugar del mundo. El Tabanco era un pequeño despacho de vinos que combinaba su actividad con la de bar, donde fundamentalmente se podía beber innumerables variedades de vino de Jerez. Era frecuente ver a chicuelos rellenando garrafas para el gasto doméstico y muy poco frecuente (por no decir imposible) encontrar mujeres entre su clientela habitual.

En su origen eran humildes, austeros, albero sobre la solería en el mejor de los casos y con unos retretes cochambrosos. Gracias a Baco, en los tiempos que corren han transformado completamente esta imagen y se han convertido en toda una tendencia. Locales de culto para amantes de los sabores auténticos y genuinos, aromas de cocina casera combinados con platos de vanguardia y una selección de vinos digna del Zar son algunas de las claves de su éxito.

En Jerez, cuna del Tabanquismo más radical, tenemos que destacar: El Pasaje, Tabankino, Tabanco San Pablo o la Pandilla como máxima expresión de la reinvención de este formato. Locales que han atrapado el tiempo entre sus botas, vitrinas y carteles que ahora atrapan a fotógrafos e instagramers de cualquier rincón del globo.

Disfrutar de una copa de Oloroso Viejo BC 200 y una ración de Jamón Cinco Jotas también es posible, pero en Chelsea en el Tabanco Glam Capote y Toro del amigo Abel Lussa, una fusión entre una clásica taberna andaluza y la excelencia británica resuelta de manera magistral y con un éxito continuado año tras año. Haciendo girar la bola del mundo podríamos ahora situar nuestro dedo sobre Tokio y visitar el Sherry Museum una revisión del tabanco más cosmopolita y que goza con el título de ser el bar con mayor número de referencias de Jerez del mundo… que no son pocas. Por supuesto también en el territorio patrio contamos con otros importantes locales de referencia a destacar: La Corte de Pelayo en Oviedo, una de las mayores carta de jereces con unos 250 aproximadamente, la Venencia en Madrid o Casa Román en Sevilla.

En cualquiera de los casos, vemos una evolución muy positiva en todos los sentidos, la oferta gastro, la selección enológica, el diseño y la decoración de los espacios y, por supuesto y lo más importante, es que las señoras y señoritas son bienvenidas siempre.

https://www.diariodesevilla.es/opinion/analisis/Jerez-tabancos_0_1284171586.html

Recuerdos de Oviedo: Desde la terraza de la Corte de Pelayo

“La mayoría de la gente cree que piensa, pero en realidad sólo están reorganizando sus prejuicios”. (William James).

No empiezo hablando de historia, sino de geografía, más concretamente de la terraza de uno de los restaurantes y cafeterías más céntricos de Oviedo que, curiosamente, da la impresión de que estuvieron entre nosotros toda la vida, cuando, en realidad, se trata de un negocio que no hace muchos años que se abrió.
Desde la terraza de uno de los establecimientos hoteleros más céntricos de Oviedo,digo, frente al Parlamento autonómico, en plena calle Fruela, que, además, hace esquina con la calle san Francisco y que está a un paso de la Plaza de la Escandalera. Puro cogollo de Oviedo, por historia y por geografía.
Se trata de una de las terrazas vetustenses donde más y mejor se puede disfrutar el transcurrir de la vida ciudadana, donde más divertido puede resultar intercambiar algunas palabras fugaces con algunos de nuestros políticos llariegos, que van y vienen entre sesión y sesión, donde mejor se puede emplazar uno para ver en primera línea muchas de las manifestaciones que se convocan frente al edificio de la Junta.
Es, sin duda, uno de los enclaves más privilegiados para ver de cerca nuestra vida pública, o, si se prefiere, para observar idas y venidas de quienes suben y bajan las escaleras de la Junta, para conocer muy de cerca la distintas reivindicaciones de diversos colectivos que alzan allí su voz esperando encontrar eco en los medios de comunicación.
En ocasiones, abstrayéndome de cuanto sucedía en aquel allí y en aquel ahora, hice mis recorridos por la historia de los lugares más cercanos a esta terraza hostelera: desde el edificio de la Junta, antigua diputación, hasta la muy cercana calle San Francisco, pasando por la propia calle Fruela, por la Escandalera y por el Paseo de los Álamos. Todo tan próximo en lo geográfico, casi todo ello tan lejano en lo histórico, pero que, sin embargo, resulta susceptible de ser acercado al momento presente.
¡Cuántas paradojas! En el cogollo mismo de la ciudad que sestea, la plaza de la Escandalera. Muy cerca de esa plaza, en el mismo paseo de los Álamos, en un histórico recorrido que dan juntos Azorín, Pérez de Ayala y Melquiades Álvarez, el escritor alicantino le pregunta al tribuno asturiano qué pasa en la ciudad, a lo que el líder reformista contesta que lo que sucede es nada, o que nada sucede. Y, sin embargo, a poco que se levante la vista desde el Paseo de los Álamos, se verá la estación de la Renfe, pura modernidad cuando se construyó. Y, sin embargo, muy cerca de este cogollo de la ciudad que literariamente siguió sesteando después de Clarín, está el llamado Edificio Histórico de nuestra Universidad, que, en su edad dorada, fue vanguardia en la Universidad española.
Y, paradojas aparte, cuando desde un rincón tan céntrico están al alcance de la mano calles y edificios que tanto atesoran, acaso sea un error fijar la atención sólo en ese presente continuo que, sin duda, sirve de entretenimiento y diversión, siempre que se tome la distancia necesaria para no incurrir en cabreos importantes.
De todos modos, la parada en la terraza de la Corte ha de combinar ambas cosas. Y la perfección se alcanza cuando se producen encuentros con personas que, o bien son una bendición como contertulios, o bien forman parte de esta valleinclanesca corte de los milagros que nos toca vivir y padecer tanto en Asturias como en el resto del país. Y la visión de estos últimos, si no se alarga en el tiempo y si además se asume como un espectáculo con su no sé qué de sainetesco, también tiene su miga.
Y, si uno toma asiento mirando a la calle Uría, y recuerda el emplazamiento de El Carbayón, no es difícil percatarse de las talas y la demoliciones que vinieron teniendo lugar en esta ciudad, muchas veces sin tino, casi siempre sin criterio, casi nunca con sensibilidad.
Pero volvamos al tiempo presente. Pongamos que se trata de un viernes y que hay Pleno en la Junta. Pongamos también que no tenemos prisa para irnos y que esperamos hasta el momento en el que sus señorías abandonan el Parlamentín. No hace falta verlos a todos abandonar el Parlamentín, es suficiente con presenciar la salida de algunas celebridades, que salen comentando las jugadas con los más próximos. Y, más allá de la discusión política de turno, uno se pregunta qué idea de Asturias tienen, qué proyecto atesoran para nuestra tierra, qué futuro más o menos imperfecto imaginan, qué batalla dialéctica acaban de librar, qué pensaron y sintieron horas antes cuando les llegaron las voces y los ecos de los manifestantes de turno.
A veces, abandonan el edificio hablando desde el móvil, a veces, salen de allí sin demasiada prisa, a veces, uno se pregunta si son conscientes de la cercanía de lo que bulle en ese asfalto que se encuentra a muy pocos metros, a veces, uno se pregunta si se plantean a quiénes representan y qué papel piensan que están desempeñando.
Termino el café y me pregunto si en el edificio de la Junta algún día se instalará una placa en la que figuren los nombres de las personas que en ese mismo lugar fueron sometidos a Consejos de Guerra donde se decidió su muerte. Entre esas personas, está el rector Alas.
Ya ven, hay tragedia, hay drama y hay comedia bufa.
¿Pero lo saben sus señorías? ¿Pero lo quieren saber?

Recuerdos de Oviedo: Desde la terraza de la Corte de Pelayo