Buenos tragos para el año recién estrenado
Los consejos de cuatro expertos sumilleres para uno de los placeres universales: beber vino
mariola riera 09.01.2020 | 23:59
El año 2020 da sus primeros pasos y por delante quedan muchos meses para hacer planes y disfrutar del tiempo libre como a cada uno le apetezca. Comer y beber es uno de los placeres universales. Los amantes del vino, tanto los expertos como a los que les gusta compartir una buena botella con familia y amigos, tienen un amplio abanico de posibilidades. El suplemento «La Vida Buena» quiere facilitar las cosas a sus lectores, por eso ha pedido consejo a cuatro experimentados sumilleres de restaurantes asturianos: Génova Bilbao, de La Corte de Pelayo (Oviedo); Dani González, de Casa Gerardo (Prendes, Carreño); Juan Luis García, de Casa Marcial (La Salgar, Parres), e Iván Hernández, de Casa Laure (Oviedo).
Este último selecciona tres referencias. Casa Castillo El Molar 16, que considera «una de las mejores, si no la mejor, representaciones de la DO Jumilla». Es un monovarietal de garnacha (cultivo en secano), inédito respecto a otros vinos elaborados con esta variedad, ya que el sudeste de España no suele ser su zona habitual, explica. Los suelos franco-arenosos cubiertos de gravas le dan su carácter mineral; la crianza es de 12 meses en fudres de roble. Y resume: «Es un vino cómodo, afable, de buena frescura y sabroso para disfrutar de platos de cuchara que nos acompañan en esta estación invernal». A unos 14,5 euros la botella.
Otro, Sin Blanca 16, porque «describe gráficamente cómo comenzó el proyecto de El Hato & El Garabato, una pareja de ingenieros de Montes, ella asturiana y él con raíces en las Arribes, que dejan todo en busca de un sueño: levantar con sus manos una microbodega y recuperar el viñedo familiar». Es un tinto de variedades locales (juan garcía, rufete, bruñal, bastardillo€), de viñas muy viejas cultivadas en ecológico. «En boca es fluido y amable, con un carácter frutal marcado y toda la fuerza mineral de sus paisajes escarpados. Vino perfecto para acompañar en una merienda-cena y disfrutar de la tertulia». A 14 euros/botella.
Y el tercero de Hernández es un Gómez Cruzado blanco 18. De la DO Rioja, de segundo año, compuesto de viura al 75% y tempranillo blanco 25% de baja productividad, procedentes de zonas elevadas de Haro, en suelo pedregoso, aluvial en superficie con manto de canto rodado de bajo laboreo. Con cinco meses en barricas de roble francés sin tostar doradas al vapor con sus lías finas, y el resto en hormigón también con lías finas, «dando lugar a esta añada 18 que para mí gusto es de las mejores de los últimos años». Tiene, dice, gran potencial, frescura y buena acidez. «Esperen dos años por él y será un regalo», aconseja. A 11 euros.
Dani González apuesta por La Mar, de Terras Gauda. «Un vino elaborado a partir de uva caiño, con toque de albariño y loureiro, buena acidez, frescor y untuosidad. Para acompañar pescados grasos como el mero puede ser fantástico». Añade un Campo Eliseo Cuvée Alegre rosado: «De Rueda, con 100% tempranillo, de un color pálido que deja claro su frescura. En nariz es muy floral y aromático». Para aperitivos y arroces. Otra apuesta es Attis, un albariño «de culto, con notas muy marcadas atlánticas, ligeramente salinas, muy buena acidez compensada, elegancia y finura a la par». Para «un buen pescado a la sal», dice. Sigue su lista con Cantamuda parcela 64, Ribera del Duero: «Elaborado por el libro, notas del terruño, concentración de fruta, potencia, carácter, con un gran recorrido». Perfecto para lechazo. Y completa con otro Ribera del Duero, El sueño de la alondra: «Un auténtico homenaje al paladar. Elegancia y finura total; en boca seda, potencia, pero redondez total. Es el vino perfecto para un buen homenaje», concluye.
Juan Luis García apuesta por Vino Atlántico 2018, de Larrabetzua (Vizcaya), seleccionado por Gorka Izaguirre y Andreas Kubach. De primera añada y elaborado con uva hondarrabi zerrati. Es un chacolí de la denominación Bizkaiko Txacolina. «Es para tomar con primeros platos; nosotros lo maridamos, por ejemplo, con una cuajada de apio con manzana y pepino y oricios». A unos 18 euros la botella. Otro: un Viña Cubillo Crianza 2010. Un rioja tradicional, de bodegas López de Heredia, con la mezcla clásica de tempranillo, graciano, garnacha y mazuelo. «Es del año de una de las mejores añadas rioja. Para platos de invierno como guisos, jabalí, pito, fabada…». A 15 euros. Otra referencia es Edone Cuvée de María, de Viñedos Balmoral, en Albacete, considerado de la Tierra de Castilla y hecho con chardonnay. «Elaborado a partir del método tradicional durante 24 meses con las lías y donde parte del vino está criado en barricas de roble», dice . Aperitivos y platos con personalidad, distintos: «Lo aconsejo con un nem de papada y gambas». Por 12 euros. Para finalizar, un vino dulce de monastrell: Olivares Tinto Dulce, de Jumilla (20 euros): «Con higos, postres de chocolate, pero también de frutas frescas, o tarta de queso con helado de frambuesa».
La sumiller Génova Bilbao empieza por Dido La Universal 2016, «un vino orgánico y ecológico, algo ahora muy en boga». De bodegas Venus La Universal, es de la DO Montsant. Un tinto de cariñena, sirah y garnacha. «Versátil, pero haciendo honor a los grandes tintos, que va con carnes, caza o algún pescado de carne firme como un atún rojo. Por supuesto, con platos de cuchara y fabada. Precio medio: 18 euros. Incluye un blanco de Cangas del Narcea, de la bodega Monasterio de Corias, Escolinas, de albarín blanco. «Fermentado en barrica de castaño asturiano, de 2018, así que está recién incorporado». Asegura que con caza va fantástico, también con los clásicos pescados y arroces, además del sushi. «Afilado, vertical, de acidez marcada, grato; desarrollará bien en botella y respeta la tradición vinícola en la zona». De pequeña producción, a entre 20 y 22 euros la botella.
Y para rematar, un generoso «que me enamoró»: Cayetano del Pino, un palo cortado de bodega homónima –servía ya al rey Alfonso XIII, así que tiene solera– que hace solo esto y amontillado. De la DO Jerez-Sherry. «Es de perfil clásico, funciona perfecto para platos como cordero, foie; o como sobremesa. Un gustazo terrible, con 21 grados, muy evolutivo en copa y expansivo en boca; de notas clásicas, tostados, miel, cera de abeja… Muy seleccionado y mimado». La botella entre 24 y 28 euros.